"Mark Zuckerberg promueve el resurgimiento de la ‘energía masculina’ en el ámbito tecnológico"
“Una cosa es afirmar que deseamos crear un entorno agradable para todos en las empresas, y otra muy distinta es sostener que la masculinidad es nociva; creo que, culturalmente, hemos tendido a inclinarnos hacia esa dirección”, explicó Mark Zuckerberg en un reciente podcast con el conocido Joe Rogan. “He crecido con tres hermanas, sin hermanos, y ahora tengo tres hijas, sin hijos; he estado rodeado de mujeres toda mi vida, y considero que hay aspectos de la energía masculina que son valiosos”, añadió el fundador de Facebook. “En la sociedad ya existe una abundancia de esto, por supuesto, pero pienso que fomentar una cultura que reconozca la agresividad de manera más positiva tiene sus propios beneficios; ha sido una experiencia enriquecedora para mí reunirme con mis colegas y confrontarnos un poco”, comentó.
Esta larga explicación y defensa de la energía masculina en su charla con Rogan, el controvertido podcaster conservador, se enmarca en el movimiento de acercamiento hacia la nueva administración del presidente Trump. Meta ha eliminado su sistema de verificación externo, su moderación en EE UU será mucho más laxa y permitirá comentarios ofensivos en contra de gays, trans y mujeres. Además, la compañía ha eliminado sus políticas de diversidad, igualdad e inclusión en favor de las minorías. El nuevo presidente Trump ha descrito todos estos cambios como “excelentes”. Zuckerberg tendrá un papel preeminente el próximo lunes en la inauguración de Trump como presidente, junto a Elon Musk y Jeff Bezos.
Su paso por el podcast de Rogan es otro modo de escenificar este cambio de rumbo. Después de años de simular seguir las opiniones o directrices de los demócratas, Zuckerberg ha decidido que lo mejor era cambiarse de bando sin remilgos. Meta afronta complicaciones regulatorias en EE UU, posibles multas en Europa y puede ganar mucho de una probable prohibición de TikTok en EE UU. Todos estos factores son beneficios financieros por un cambio de políticas internas en la empresa y en cómo modera el contenido, donde la política volverá a tener un papel principal.